Íñigo tiene 6 años y vive obsesionado con los video juegos. Un día descubre un juego de matanza en donde el protagonista es un payaso capaz de poseer al valiente que se atreva a jugarlo. Este podría ser el mejor mensaje para que las mamás pongan atención a los juegos de sus hijos antes de que sea demasiado tarde.
¡Síguenos en nuestras redes!