Desde la firma del Tratado de Libre Comercio en 1992, el gobierno mexicano ha vendido los derechos de explotación de los pozos ancestrales de agua de las comunidades cholultecas de Puebla a empresas transnacionales como Bonafont. Estas compañías han procedido a sobreexplotar y secar estos pozos, y así han afectado gravemente el estilo de vida y la agricultura de estos pueblos originarios. En marzo de 2021 disidentes organizados del frente Pueblos Unidos tomaron la planta de Bonafont en San Mateo Cuanalá, convirtiendo el inmueble en centro cultural Altepelmecalli (Casa de los Pueblos), hasta su desalojo por elementos de los tres niveles de gobierno en febrero de 2022. “Atl: en defensa del agua” retrata la lucha de estos pueblos originarios, enfatizando el atropello sistémico de grupos marginados en la sociedad capitalista moderna, ante un clima general de autoritarismo en el país. Utiliza el caso para plantear temas universales sobre el acceso a un bien humano esencial como el agua, las implicaciones de su privatización, su distribución en las grandes ciudades y consecuencias sobre el campo, y la amenaza futura de sequía bajo el modelo actual insostenible.